El pádel está haciendo más ruido que nunca y se está tomando lugares icónicos del mundo del tenis.
El deporte que más crece en el mundo a nivel amateur, también se revoluciona en lo profesional.
El nuevo circuito Premier Padel entró para elevar los estándares de la disciplina y ya tiene a todos los jugadores más felices con un tour que reparte más dinero, capta mayor atención mediática y se encarga de darles a los competidores un mejor trato. Un trato más «de tenistas», como algunos han comparado. Lo hace de la mano de la Federación Internacional de Pádel (FIP) y de Qatar Sports Investment (QSI) los dueños del Paris Saint Germain.
Demandados, por cierto, por el World Padel Tour, el circuito que ha profesionalizado el pádel durante 10 años, debido a los contratos rotos de exclusividad, y lo que ellos reconocen como una «competencia desleal».
Eso queda para que se arreglen entre los dirigentes y las instituciones. Los jugadores, previa organización, gritaron como Freddie Mercury: «I want to break free«. Queremos liberarnos y queremos jugar lo que se nos apetezca.
Y a uno que se le ve feliz en Roma con esa libertad es a Fernando Belasteguin. El mejor de la historia de las palas se pasea por el lugar con mayor historia deportiva donde alguna vez jugó. El Foro Itálico hospeda el Italy Major uno de los cuatro torneos «Grand Slam» de la nueva era del pádel. Luego de avanzar a semifinales, conversa con CLAY.
El dato que le da el título de «mejor» es uno que basta y sobra: fue número uno por 16 años y 8 meses.
¿Conoces a Robert Fahey?
¿Robert Farah?
Fahey… F-A-H-E-Y
No. Por ahí si me enseñas una foto lo reconozco.
Campeón de Tenis Real, el deporte de raqueta del que nace todo el resto. Fue el mejor durante 22 años seguidos. No sé si hay alguien aparte de él, que haya sido más dominante en un deporte como lo fuiste tú en el pádel.
No lo conocía, mirá. Hubo un periódico en España que me dio un premio porque no habían encontrado a un deportista con más años seguidos en el número uno que yo.
¿Cómo fue estar tanto tiempo como número uno? Hay varios casos de grandes deportistas que tras tiempo en la cima, sienten un vacío en sus vidas.
El que te dice que se aburre de ganar… eso es mentira. El que lo dice es porque no ha ganado nunca. De ganar no te cansas nunca, nunca. De perder puede ser que te canses. Pero de ganar no. Yo cuando llegué al número uno, dije: «bueno, a ver cuántos años soy capaz de mantenerlo». Y pasaron 16 años y 8 meses.
Luego llegó la grave lesión…
El codo me permitió mantener ese récord durante tanto tiempo, y el que me lo quitó también, porque me lo rompí jugando en Malmö, en agosto de 2018. Estuve cuatro meses y medio sin jugar hasta el Masters de ese año. Hoy no se me pasa nada por la cabeza más que seguir mejorando, porque quiero jugar algunos años más. Y cuando no sea más profesional no me cabe duda que echaré la vista atrás y me daré cuenta de lo que hice en el deporte. Pero, ¿ahora? No me doy cuenta porque mi cabeza y mi corazón necesitan mejorar todo el tiempo.
¿Fueron una tortura esos meses alejado del circuito?
Sí, fue muy difícil. Era una lesión en el tendón del codo. Nada me aseguraba que podía volver a jugar. Incluso ahí nace el claim: “Un Belasteguin nunca se rinde”. Una de las tantas frases que les digo a mis hijos todas las noches antes de dormirlos. Mi hija me vio que a los dos meses trabajando el codo parecía que era el final, me trajo un recorte del colegio donde me había escrito esa frase. Me la guardé como un símbolo muy potente de lo que estaba viviendo. No veía la solución y lo pasé muy mal. Hacía todos los días, todo lo que me decían. Pero logré volver al Masters y ganarlo.
¿Y aprovechaste de hacer otras cosas mientras no podías jugar?
Estaba mañana, tarde y noche trabajando por la recuperación.
A nivel general, ¿En qué se diferencia y en qué se parece un número uno del tenis con un número uno del pádel?
Son dos deportes que no se pueden comparar. Yo creo que si la gente del pádel nos ponemos a compararnos con el tenis, somos muy tontos. Uno es un deporte con 130 años de historia, el otro con 40 y que recién estamos empezando. Lo que tenemos que hacer en lugar de comparar es copiar, pegar y aprender de un deporte tan grande como el tenis para que el crecimiento del pádel sea lo más rápido posible.
¿Eres fanático del tenis?
Me gusta mucho el tenis, es un deporte muy lindo. Cuando lo ves por la tele parece fácil, pero te metés en la cancha y es dificilísimo. Tiene una gran complejidad técnica y física…es precioso. Me gusta mucho verlo en vivo y jugarlo.
¿Cuando lo juegas no llegas a confundirte con el pádel y cometes el error de dejar pasar la pelota?
¡Por suerte no! Me encanta jugarlo porque tengo la sensación del amateur: en el pádel hago un punto increíble y no lo disfrutás porque es tu profesión y estás preparado para hacer eso. En el tenis tiro diez derechas afuera, pero cuando meto una en la línea…¡¡AAAAH!! La sensación del amateur es grandiosa.
¿Cuál es el jugador modelo?
Federer y Rafa son dos jugadores que cuando estaban en su plenitud y se enfrentaban, no querías que terminara nunca el partido, que ninguno perdiera. Ellos dos.
¿Te sientes responsable del boom que vive el pádel?
No. Porque si yo me sintiera responsable por eso, sería una persona con un ego muy grande. El deporte crece por sí mismo, yo no soy responsable del crecimiento del deporte, yo soy una piecita más, pequeñita, de un deporte grande.
Has dicho en varias entrevistas que no conoces la presión en la competencia…¿Pero no es acaso positiva la presión, en determinada forma y medida?
A ver… A mí hubo un momento que me sonaba más el teléfono por perder que por ganar. Y eso es precioso. Cuando a vos te exigen que tienes que ganar todos los torneos es porque la gente y vos mismo consideran que tienes nivel para hacerlo. A mí me encanta eso…tener que ir con la responsabilidad de ganar. Yo he estado en todas las posiciones. Antes de ganar mucho, también perdí mucho. La sensación de responsabilidad de tener que ganar está buena.
Te saco del deporte…¿Qué música escuchas?
La Oreja de van Gogh, me gusta, conozco a los chicos. Y muchos argentinos, los de cumbia, La Beriso, Soda Stereo. Todos lo que es rock nacional me gusta mucho.
¿Y en tu cumple qué suena?
Lo que mis hijos pongan…que ahora, ¿Viste que ponen las músicas esas que no tienen mensajes?
¿Tienen tatuajes?
Nada. Ni tatuajes ni piercings. Estoy limpio.
¿Por miedo a las agujas?
Me dan mucho miedo, sí, pero es porque no me siento identificado con eso. Soy lo que ves.
¿Cuál es tu viaje ideal?
En cualquier sitio, pero con mi familia. Me da igual donde ir. Mientras esté con ellos soy feliz. No me interesa que sea una isla paradisiaca o en mi casa. La cosa es estar con ellos.
Y si fueras de ruta…¿Prefieres ir en casa rodante, bicicleta o a pie?
En una camper nos terminaríamos peleando mucho. En bici me tocará empujar a algunos de mis hijos cuando se canse. Mejor ir caminando.
¿Y cómo será tu vida de retirado?
Trabajando en el Bela Padel Center, en los clubes para desarrollar el deporte en el mundo, y con la marca Wilson Bela, que ahí hay un proyecto espectacular para dar a conocer el pádel. Esas serán mis dos fuentes de ingreso cuando ya no juegue más.