El tenis de élite regresó a la capital ecuatoriana tras 16 años de ausencia, y lo hizo con un fin de semana cargado de emociones, drama y un ambiente digno de las grandes citas. En el Club Rancho San Francisco, con todas las entradas agotadas y un público entregado de principio a fin, Ecuador venció 3-2 a Bosnia y Herzegovina en la serie del Grupo Mundial I de Copa Davis, asegurando su boleto a los Qualifiers 2026.
Una serie de infarto
El guion no pudo ser más intenso. Los bosnios golpearon primero, pero los ecuatorianos nunca dejaron de responder. El marcador iba y venía, con la serie igualada hasta el quinto punto, que se definió la tarde del domingo en medio de la tensión absoluta.

El héroe local fue Andrés Andrade, quien escribió su nombre en la historia al remontar frente a Andrej Nedic por 1-6, 6-3 y 6-2. Su triunfo le dio a Ecuador la victoria definitiva y desató la euforia de las tribunas, que durante tres días fueron protagonistas con su aliento incesante y, en algunos pasajes, con reclamos que rompieron el protocolo de silencio habitual en el tenis.

Álvaro Guillén, el salvador en los momentos críticos
Si hubo un jugador que supo cargar con la presión y mantener con vida a Ecuador en la serie, ese fue Álvaro Guillén. El joven tenista fue decisivo en dos oportunidades, ganando sus partidos cuando el equipo local estaba contra las cuerdas y un punto por debajo.
El sábado y domingo, Guillén se convirtió en el héroe silencioso: cada una de sus victorias rescató el empate y evitó que Bosnia se escapara en la serie. Su temple en los momentos más difíciles permitió que el equipo llegara con opciones al desenlace del domingo.


El ambiente en Quito
Quito se transformó en una ciudad tenística. La expectativa fue tan grande que cientos de fanáticos se quedaron sin entradas, mientras que quienes lograron acceder al complejo vivieron una fiesta inolvidable. El sol inclemente de la capital no detuvo la pasión: las graderías llenas, las banderas tricolores y el rugido del público crearon un marco espectacular.

El jugador número uno de Bosnia, Damir Dzumhur, también fue protagonista: con su carácter desafiante provocó reacciones del público y pausó el ritmo de varios puntos, agregando tensión y dramatismo a la serie.

El liderazgo ecuatoriano
Más allá de los nombres en la cancha, la figura del capitán Raúl Viver brilló con fuerza. Con décadas al servicio del tenis ecuatoriano, su experiencia fue clave para sostener al equipo en los momentos más críticos y para guiar a una generación que combina juventud y veteranía.

La dupla de dobles, la irrupción de jugadores jóvenes como Guillén y la determinación de Andrade marcaron el camino hacia un triunfo que no solo representa un resultado deportivo, sino también el renacimiento del tenis de alto nivel en Quito.
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Epílogo
La serie ante Bosnia y Herzegovina quedará en la memoria como el regreso soñado de la Copa Davis a Ecuador. Fue un fin de semana de infarto, donde el deporte volvió a unir a miles de aficionados bajo un mismo grito: ¡Ecuador está de vuelta en la élite del tenis mundial!

Fotos by Jimmy Pirela: @Jimmy.Fotos
























