Una organización impecable y el respaldo de Taly, auspiciante principal que ofreció una parrillada con todos los juguetes al equipo campeón, marcaron el cierre de una edición llena de emoción, camaradería y altísimo nivel deportivo.
Una fiesta de pádel y rivalidad deportiva

El pasado fin de semana, Quito fue testigo de una nueva edición del 3er Cuadrangular Interclubes de Pádel, un evento que ya se ha ganado un espacio especial en el calendario deportivo de la capital. Los clubes Q-Pádel, Cumbayá Pádel Center, La Catedral Pádel y Miravalle Pádel Hub se enfrentaron en una intensa competencia bajo el formato todos contra todos, donde cada punto valía oro y cada serie podía definir el destino del campeonato.
En total, 200 jugadores (50 por club) participaron de esta edición que volvió a demostrar el crecimiento y la pasión por el pádel en la zona de Cumbayá y sus alrededores.


La final: una remontada épica
El título se definió en la jornada final entre Q-Pádel y Cumbayá Pádel Center (CPC), una rivalidad que se ha convertido en una auténtica tradición dentro del torneo. Q-Pádel arrancó la serie con una contundencia arrolladora, colocándose 8-2 arriba en el marcador parcial. Sin embargo, lo que parecía un camino directo al título se transformó en una de las remontadas más emocionantes que se recuerden: Cumbayá Pádel Center, fiel a su espíritu combativo, comenzó a sumar victorias consecutivas hasta asegurar el campeonato incluso con un partido pendiente y dos en pleno desarrollo.

El punto decisivo llegó de la mano de Mathias Armijos y José Letort, quienes sellaron el triunfo al vencer 6-2 / 6-3 a Andrés Alarcón y Pedro Jurado, desatando la euforia del equipo CPC que de esta manera logró su tercer título consecutivo.
Más allá del marcador: comunidad y liderazgo
El tercer lugar fue para La Catedral Pádel, mientras que Miravalle Pádel Hub cerró la tabla, ambos dejando grandes presentaciones y un alto nivel de juego. Pero más allá de los resultados, el Cuadrangular volvió a destacar por su excelente organización conjunta entre los clubes y por el liderazgo de los capitanes de cada equipo, que demostraron compromiso, respeto y un fuerte sentido de comunidad.

El evento, que contó con el apoyo de Taly, reafirmó el espíritu del pádel quiteño: competencia sana, camaradería entre clubes y un ambiente donde el deporte y la amistad van de la mano. La promesa es para el último Interclubes del año, que promete ser aún más emocionante —y con un nuevo tricampeón reinante, la rivalidad promete más espectáculo que nunca.



















































